LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

martes, 6 de noviembre de 2007

Bodas de sangre



EN el teatro de García Lorca todo está determinado desde el principio. No hay, propiamente, conflicto dramático, ya que la libertad les es negada a sus personajes.
¿Qué sangre va a tener? -dice la Madre, refiriéndose a Leonardo-. La de toda su familia. Mana de su bisabuelo, que empezó matando, y sigue en toda la mala ralea, manejadores de cuchillos y gente de falsa sonrisa.
El trasfondo ideológico de este teatro es, en realidad, muy siglo XIX: el del determinismo y su hijastro literario, el naturalismo. Todo lo decide, fatalmente, esta no demasiado santa trinidad: el medio, la raza, la herencia.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.
Así le dice Leonardo a la Novia. Pero cuando no hay libertad, ni responsabilidad, ni elección, o como decían los antiguos, libre albedrío, tampoco puede haber teatro. Esto es, poesía dramática.
Los valores del teatro lorquiano son más líricos que dramáticos. Por eso, como el de Valle Inclán, es un teatro de viñetas, de estampas, de cuadros fijos.

No hay comentarios: