LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

jueves, 29 de marzo de 2007

Por la página 139

"Teníamos cuarenta minutos por delante. En cualquier otra circunstancia, el hecho de tener que pasar cuarenta minutos en una cafetería con Remedios me hubiera resultado terrorífico. Pensé en lo que hubiesen dicho los compañeros, de habernos visto. Pero no había peligro: sabía ya, por experiencia, que los primeros empezarían a llegar unos quince minutos antes de la hora estipulada."

Álvaro Valverde me pasa la bola de un meme literario y que consiste en que abra el libro que tenga más a mano por la página 139 y que transcriba en mi blog las cinco primeras oraciones del segundo párrafo.
Yo he escogido Sexteto de Madrid y otros cuentos (en la joven editorial Hipálage), de José Manuel Benítez Ariza. Así comienza el segundo párrafo de la página 139.
Y paso el turno, si gustan, a los blogs de Joaquín, Beades y Córina Dávalos.

martes, 27 de marzo de 2007

Savater y el alma eterna (3)

Para FS, la religión, sea la islámica o sea la cristiana, es siempre fuente de intolerancia, cerrazón y violencia.
Y es cierto que se han cometido crímenes, y no pocos, tomando el nombre de Dios en falso. Pero no es menos cierto que también se ha asesinado, y no poco, en nombre de la Libertad, o de la Patria, o del Socialismo... El Terror de la Revolución francesa, ¿era por la religión o más bien contra la religión?
Regímenes ateos fueron los de Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot... y FS parece olvidarse por completo de sus millones de víctimas. Ni una sola mención.
Miento. Sí hay una mención, dos líneas sobre el GULAG. Helas aquí:
"...su culto [el del Ser Supremo del monoteísmo] dio origen a las primeras persecuciones ideológicas de la historia: la Inquisición inauguró unos procedimientos de buceo en la intimidad de las mentes y castigo de los disidentes que después culminaron en el Terror revolucionario, el GULAG y demás abusos totalitarios..." (p. 129)
O sea, que de los crímenes de los ateos Stalin o Pol Pot tiene la culpa, en el fondo... ¡la Santa Inquisición!
Qué arte, Fernando.
[La "reeducación" en el Gulag]

viernes, 23 de marzo de 2007

Savater y el alma eterna (Notas de lectura, 2)

Y entonces, si Dios ni se ve ni se toca ni se huele ni se puede aislar o descomponer en el laboratorio ni menos flotando entre aerolitos en el cosmos, según pudo comprobar Gagarin, ¿qué les ha llevado a los hombres a inventarse esta patraña duradera?
Según Savater, recogiendo las conocidas tesis de Feuerbach, el ansia de inmortalidad. Algo que, por lo visto, y contra toda evidencia, los hombres nos empeñamos en desear. Citemos:
"De las tres funciones clásicas que los estudiosos confieren a la religión (explicar el origen del universo y de lo que somos, confortarnos ante la muerte y brindar un vínculo moral para la comunidad a la que pertenecemos) sólo la segunda sigue sin encontrar hoy una alternativa aceptable ni siquiera en los contextos culturales donde mayor aceptación ha logrado la ilustración científica y sociopolítica." (p. 67)
O, más adelante (p. 69):
"Aunque otras funciones de la religión vayan haciéndose superfluas o anticuadas, la oferta de inmortalidad sigue garantizándole una cuota importante de interés popular."
Bien, yo creo que FS se va de ligero afirmando que las otras dos funciones de la religión han perdido vigencia; de hecho, creo que la segunda está basada en la primera. Si Dios no ha creado al hombre de la nada, entonces su pretensión de inmortalidad carece de sentido y de justificación.
Y en cuanto a la muerte, todos los animales la temen, y huyen o luchan si se ven en peligro. También el hombre procura evitarla o retrasarla por todos sus medios. Pero la diferencia con el animal es que el hombre no sólo la teme, es que le repugna la idea de la muerte, es que se rebela contra ella, que la encuentra inaceptable e injusta como destino. Metafísicamente inaceptable. El hombre, a diferencia del animal, relaciona, y no puede menos que relacionar, el fenómeno de la muerte con el sentido del mundo.
Si el hombre fuese un animal cualquiera aceptaría la muerte como un mal inevitable o, mejor dicho, ni siquiera sería consciente de lo que la muerte tiene de destino. Sin embargo, no es así. Porque prevé su muerte, el hombre comienza a filosofar, es decir, comienza a preguntarse qué es la vida. De la conciencia de la muerte nace no sólo la religión, sino, y acaso en mayor medida, la misma filosofía. Creo que FS estaría de acuerdo en esto. La diferencia estribaría en que, para FS, la religión brinda un consuelo inverosímil, mientras que la filosofía (se entiende que la filosofía atea) ofrece un consuelo realista.
Ahora bien, ¿qué consuelo nos puede ofrecer la filosofía? En toda su historia, sólo ha podido ofrecer dos alternativas, y eso ya desde los griegos. Una es el hedonismo; la otra, el estoicismo. En realidad, ambas soluciones no distan tanto entre sí como parece, pues ambas están basadas en el egoísmo y en la renunciación, en una especie de aceptación fatalista del destino. Son soluciones individualistas cuyo programa no puede extenderse a toda la comunidad. Algunos hombres pueden permitirse el lujo de ser egoístas o fatalistas, pero si todos fuesen egoístas o fatalistas, tanto en el sentido estoico como en el sentido hedonista, la sociedad entera saltaría en pedazos. Y si una filosofía no ofrece un solución de alcance y valor universal, entonces no es una solución. No es una respuesta verdaderamente filosófica, sino un truco de mal jugador. Y el mal jugador puede ganar una partida, pero para ganar la siguiente, tiene que cambiar de pueblo.
La ataraxía o imperturbabilidad es la filosofía de Don Tancredo, y se comprende que nunca haya conseguido muchos adeptos ni convencido a casi nadie.

domingo, 18 de marzo de 2007

Savater y el alma eterna (Notas de lectura, 1)

"Las engañifas sobrenaturales me fastidian casi como ofensas personales", afirma Fernando Savater en su libro La vida eterna.
Y, ¿qué hombre bueno, cabe preguntarse, no compartiría este horror por la mentira? Pero la cuestión es que, tal y como Savater lo escribe, parece como si las engañifas fuesen siempre las sobrenaturales y nada más que las sobrenaturales. ¿Es todo lo concerniente a lo sobrenatural una engañifa, o hay engañifas en todos los terrenos? ¿Por qué considerar ofensivas sólo a las sobrenaturales ?
Este libro parece escrito con cierto apresuramiento, quizás por encargo editorial, al rebufo de cierta moda puesta en marcha por el famoso libro de Gilles Kepel, La revancha de Dios. Lo cierto es que FS incurre en contradicciones o en argumentaciones insuficientes de las tesis que pretende sentar.
FS parte de una premisa: Dios no existe, porque no es demostrable y, además, no es conveniente, pues la creencia en el otro mundo impide la afirmación plena de éste.
De los creyentes, en realidad, deberíamos decir que son los verdaderos incrédulos, pues descreen de la evidencia de la extinción total que comporta la muerte (p. 116). Sólo son admisibles, afirma FS, las creencias empíricamente comprobables, basadas en evidencias científicas: "los parámetros científicos son el método mejor para adquirir creencias justificadas" (p. 35).
Ahora bien, que Dios no es "demostrable" (al modo físico-matemático) ya lo sabíamos, y no de ahora, sino desde siempre. El exagerado papel que FS le otorga a los "parámetros científicos" no puede hacernos olvidar los siguientes hechos:
a) La ciencia puede explicarnos (cuando lo consigue) de qué está hecha la materia y cómo está hecha, pero no puede ni podrá nunca alumbrarnos sobre el porqué ni sobre el para qué. La ciencia no puede dar cuenta de la cuestión del sentido. Y una vida sin sentido no es más que eso: un sinsentido.
b) La ciencia es de suyo falible. Experimental. Lo que hoy se ve como cierto mañana puede ser que no lo sea. La ciencia es siempre, por definición, un saber provisional y relativo.
c) El hombre ha buscado siempre encontrar un sentido a su vida, a su posición en el cosmos, a su origen y a su finalidad. Las armas de la razón le han proporcionado dos vías complementarias: la teología y la filosofía. Y ambas cuentan ya con unos miles de años de andadura, lo que algo querrá decir. La prueba, el que el propio Savater haya tenido que escribir este libro. El tema, por lo que se ve, no pasa de moda, a pesar de los milenios trancurridos y los millones de páginas escritas.
Pero Savater ignora o desprecia toda esta larga tradición reflexiva, y en todo caso la omite sin discutirla siquiera. Se limita a constatar que Dios no existe. ¿Por qué? Porque nadie lo ha visto ni lo ha experimentado. Según él.
Aquí el filósofo se pone al nivel del astronauta. Del astronauta soviético Gagarin, que manifestó que en su viaje por el espacio no se había tropezado con Dios. Cerremos las cátedras de metafísica y ampliemos las de aeronáutica.

jueves, 15 de marzo de 2007

La loca de Chillán y otros libros por leer

Tampoco a las librerías sevillanas, por lo menos a las que yo frecuento, dígase para consuelo del autor de Compostela, ha llegado aún La cosa en sí, último volumen del ya voluminoso y acaso hasta bulímico Salón de los pasos perdidos.
Pero perdidos entre el aluvión de novedades rescato otros tesoros, previo pago de los correspondientes euros.
En el ramo de novelas, me gusta apostar sobre seguro, y así echo al zurrón La loca de Chillán (Pre-Textos), última novela de Aquilino Duque. Quienes hayan leído Mano en candela o El rey mago y su elefante sabrán lo que quiero decir cuando digo lo de apostar sobre seguro.
De ensayo me traigo algo más peso. Dos títulos que publica la misma editorial (Ariel), sobre el mismo tema, aunque con muy distinto enfoque. El primero, encuadernado en pasta dura, es de Fernando Savater y se titula La vida eterna. Lleva faja publicitaria que reza (bueno, no sé si el verbo es en este caso el adecuado) "Vuelve Dios: ¿esperanza o amenaza?". El segundo, ya en rústica y sin faja promocional, es de Alejandro Llano, y se titula En busca de la trascendencia. Lleva el subtítulo de "Encontrar a Dios en el mundo actual". Los leeré como un ejercicio de literatura comparada.
También cargo con Los antimodernos (Acantilado) de Antoine Compagnon, que tiene una pinta muy interesante, así como con Los orígenes de Europa (Rialp), de Christopher Dawson.
Peligros de ir de librerías. Ahora, tiempo para leerlos. Estos, y otros que no menciono aquí, ahora. Pero que están también en la pila, sobre la mesa.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Breverías

Qué triste y, sobre todo, qué cansino, el espectáculo que ofrecen sedicentes "artistas" que, para alcanzar su minuto de gloria, ya que no del talento, se sirven del escándalo. Déjà vu.

*

Qué desalentador es que ciertas autoridades públicas consideren que lo progresivo y lo avanzado es perderle el respeto a Dios... o al Diablo. Tanto da.

*
Se espera que después de haber examinado con lupa la existencia o no de banderas "preconstitucionales" en la manifestación de los unos, también se examine con lupa en la próxima manifestación de los otros eso mismo: el enarbolamiento de cualquier otra bandera preconstitucional.

lunes, 12 de marzo de 2007

¡Ay!

Un bulle bulle, un marasmo, un halo de desasosiego, un reconcomio retroactivo, con forro futurible, una inquietud abisal y sin olas, un no sé qué que ni siquiera acierto a balbucir...
Y es lunes, y aún queda toda una semana laboral por delante. Más de lo mismo. Hasta cuándo.
Y en medio de todo, no pierde uno las esperanzas. Aunque tampoco sepa muy bien qué es exactamente lo que espera.

sábado, 10 de marzo de 2007

Paradoja en tiempo de Cuaresma (sábado de la segunda semana)

[Detalle del Juicio Final, por Miguel Ángel]

Algún día me gustaría llegar a ser un buen católico. Incluso, por qué no, un santo. Desconocido, como el soldado. Ahora, desde luego, no lo soy, ni lo primero ni, muchísimo menos, lo segundo. Pero creo estar en el camino adecuado para lograr lo primero y, acaso, acaso, lo segundo. Hace tiempo que me volví un pecador contumaz y sistemático, y me he entregado a toda suerte de vicios y depravaciones. Menos el de no robarás y el de no matarás (para esos, lo reconozco, no tengo estómago), he infringido casi todos los preceptos. Mi lema es: ¡Por el pecado hacia la Salvación!
P. D.: ¿Será esto, más que una paradoja, una blasfemia? Pues si es lo último, nada, otro pecado más.

[Pero véase el Evangelio de hoy, Lucas, 15, aquí]

jueves, 8 de marzo de 2007

Sobre la invisibilidad de las mujeres

[La creación de Eva, por Baccio della Porta, s. XVI]

Eva, Elena de Troya, Penélope, Safo, Hipatia, Dido, Proserpina, Ruth, Salomé, María Magdalena, María de Nazareth, Santa Mónica, Isabel la Católica, Teresa de Jesús, Marta de Nevares, María de Zayas, Agustina de Aragón, María Pita, Rosalía de Castro, Emily Dickinson, Eva Curie, Edith Stein, Simone de Beauvoir, Indhira Ghandi, Margaret Tatcher, María Callas, Teresa de Calcuta, Rita Hayworth, Rocío Jurado, María Moliner, Sara Montiel, Esperanza Aguirre, Carmen Martín Gaite, Carmen Laforet, Alfonsina Storni, Enma Bovary, María Teresa Fernández de la Vega, Yoko Ono, Mae West, Flannery O'Connor, Catherine Zeta Jones, Carmen Laforet, Esther Koplowitz, Nicole Kidman, Ana Patricia Botín, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite, Alaska, Carmen Iglesias, Rosa Navarro Durán, Concha Velasco, Segolène Royal, Olvido García Valdés, Gemma Nierga, Santa Margarita María de Alacoque, Concha Campoy, Cristina López Lichting, María Antonia Casas...

... Y pueden ustedes seguir añadiendo nombres, que yo ya me he cansao.

lunes, 5 de marzo de 2007

Cuarenta años de popularidad

No sé yo si Cien años de soledad cambió la literatura, pero lo que es seguro es que cambió la vida de Gabriel García Márquez.
Pasados cuarenta años de su publicación, vendrán celebraciones, homenajes, suplementos y polémicas.
¿Es o no una obra maestra?
Ya se sabe que en literatura la reválida tarda cuando menos un siglo en llegar. Pero en la encuesta que he colgado podemos apostar. Y a ver qué ocurre.

sábado, 3 de marzo de 2007

Mundo, Demonio y Carne

Me dio por preguntar a mis alumnos de segundo de filología hispánica cuáles eran los enemigos del alma, porque se aludía a ellos en una obra de teatro (¡del siglo XX, no de la Edad Media!) que estábamos comentando. Sucedió un silencio espeso y prolongado. Sólo un alumno del Aula de la Tercera Edad (así la llaman, no tengo yo la culpa), que entretiene sus ocios de jubilado asistiendo a mis clases, levantó tímidamente la mano y susurró, como pidiendo perdón por sabérselos: "Mundo, demonio y carne".
Yo me limité a confirmarle que, efectivamente, ésos eran. Y no quise añadir nada más, porque mis clases son de literatura, no de teología dogmática. Y porque... porque no sabría ni por dónde empezar.
Mundo, demonio y carne.
"Jo -supongo que se quedarían pensando los jóvenes y las jóvenas-, y de qué cosas tan raras hablan estos puretillas, qué cosas tan rancias se saben".
Para mi coleto concluí más tarde que el problema hoy en día no es ya creer o no creer, aceptar o rechazar, no, sino saber o ignorar, conocer o desconocer. Tener alternativas para escoger libremente la que más nos convenza.
En este tiempo de Cuaresma, serán multitud los que ignoren el significado mismo de la palabra, los que ni siquiera reparen, aunque sólo sea un momento, en los peligros del mundo, en las acechanzas del demonio, en las debilidades de la carne.
Precisamente cuando las cosas son más evidentes, somos nosotros más ciegos.
En el día de hoy, vencido y desarmado el ejército de la cultura, las tropas de la LOGSE han alcanzado sus últimos objetivos estatales. La guerra ha comenzado.

viernes, 2 de marzo de 2007

Mil y pico de accidentes

Murieron para nada, por nada, por accidente. Una muerte sin sentido, absurda. Sólo explicable por la estupidez de unos gobiernos que no supieron cómo acabar con el terrorismo. Cuando estaba muy claro y era muy fácil saberlo. Al terrorista se le gana cediendo, chalaneando con él. Si les damos lo que piden, no de golpe a lo mejor, sino poco a poco...
Qué estúpidas estas víctimas del terrorismo, estos mártires de la democracia española actual, que reclaman memoria, dignidad y justicia. Sólo fue un desgraciado accidente. Les tocó a ellos, y a sus familias, y a sus amigos. Una pena, pero...
Pero ya tenemos la solución. Cuando nos rindamos, dejarán de matarnos. Vamos, si nos rendimos del todo. Porque, de momento, muchos tienen que seguir llevando escolta para ir a recoger sus hijos al colegio.